jueves, 15 de enero de 2009

Colisionador

Hoy he estado en una conferencia sobre el colisionador de hadrones. El ponente era Juan Antonio Rubio, director general del CIEMAT. El lugar, la Fundación Ramón Areces. El salón de actos tiene un aspecto moderno, con las butacas dispuestas en plan auditorio: las de atrás elevadas con respecto a las primeras. Caben alrededor de 400 personas, estando lleno al 85 % más o menos.

El ponente, desde luego, sabe de lo que se habla. En realidad hablaba de los antecedentes que nos ha llevado hasta lo que hay ahora. Durante hora y media ha estado hablando sin papeles, sin parar, lo que a veces parecía que se iba por las ramas. De todas formas, a veces no se le entendía, aunque podía ser que llevaba un micro en la solapa y no acababa de sonar bien del todo.

La conferencia debía ser interesante, dado que entró un grupo bastante grande (unos 20-30) de jóvenes que parecían universitarios, pareja de gemelos incluidos.

La azafata era guapisima, por cierto.

domingo, 4 de enero de 2009

Rebajas

Estas que vienen se anuncian como "las mayores rebajas de la historia". Es decir, desde los fenicios. Que nadie pregunte qué ha pasado para que tal cosa suceda: ha pasado algo que sigue pasando y que nadie sabe cuándo terminará de pasar: la crisis. Las rebajas de temporada van a durar una buena temporada. No hay que aglomerarse.

En Madrid, en Andalucía y en Extremadura ya hay productos a la mitad de su precio, pero llegarán al 70 %. Como es improbable que todos los establecimientos se hayan puesto de acuerdo para perder dinero, hay que hacerse una pregunta: ¿qué margen de ganancia han venido teniendo todo el tiempo en el que no hay rebajas? No me atrevo a pensar si la mitad del precio en el que se van a vender las cosas será, precisamente, el precio justo al que debieran venderse todo el año, pero eso es lo que estoy pensando.

Todos hemos tenido que rebajar algo esta temporada, entre otras cosas nuestras aspiraciones, pero disminuir tanto el precio de los zapatos indica que no andamos buenos pasos. ¿Cual será el justo margen de ganancia? Quizá sea el máximo que pueden soportar los que compran, del mismo modo que el salario mínimo de los trabajadores es el que les permite seguir trabajando sin desfallecer.