lunes, 16 de septiembre de 2013

Curioso.

Me resulta curioso el tiempo libre que tiene la gente. Que le da tiempo de aburrirse. Igual me tengo que incluir en esa categoría, no estoy seguro. Porque me dió por comprobar algo que me contaron hace una semana, puede que dos.

La historia era que había una profecía sobre la guerra (in)civil que asola estos días Siria. Y que estaba, pásmense ustedes, nada menos que en la Biblia. Nada más fácil de verificar, por otro lado. No he tenido más que abrir el libro de Isaías, en su capítulo 17. Ahí he leido, en los versículos 1 a 3:

1 He aquí que Damasco dejará de ser ciudad | y se trocará en montón de ruinas desplomadas: 2 quedarán abandonadas las ciudades de Aroer; | serán para los ganados | que se tumbarán allí y no habrá quien los espante. 3 Además desaparecerán la fortaleza de Efraím, | el reino de Damasco y el resíduo de Aram; | (...)

(Sagrada Biblia, Biblioteca de Autores Cristianos, Imprimatur 10 Agosto 1961) Las cursivas son mías. Curioso, curioso...

viernes, 24 de mayo de 2013

Viaje con nosotros...

No hace tanto hice un viaje en tren. Me sentía raro y nervioso, puesto que siempre viajo en coche.

   El caso es que me fui a Cádiz. Con la familia. Nada hacía suponer lo que iba a pasar... Mi sobrina se había roto el femur en Enero y todavía andaba con muletas. En aquellos momentos en que el paseo es largo, usamos una silla de ruedas. En Puerta de Atocha fuimos a Atención al Cliente, tal y como nos habían contado.

   Nos montamos en el tren y arranca en su hora. Para en Córdoba, para en Sevilla... paradas programadas, por otro lado... De repente, se para en mitad del campo. Al cabo de unos segundos, una voz por la megafonía anuncia "movimientos de maniobra". Vamos, que ponen la marcha atrás. La última estación que habíamos pasado era Utrera; allí se estacionó el convoy. Después de algo así como hora y media acaban anunciando que el tren que íba delante del nuestro ha sufrido "un arrollamiento". Lo que ya sabemos que suele ser que alguien se ha tirado a las vías...

Por lo tanto, que bajáramos del tren con el equipaje, que nos llevaban en autobuses hasta Lebrija para embarcar allí en otro tren. Pero es que nosotros éramos un caso especial (había tres "casos especiales" en ese tren, al final). Costó otros 45 minutos, pero al final apareció un taxi que nos llevó hasta Cádiz. Pagándolo RENFE, por supuesto.

Qué aventuras.

domingo, 12 de mayo de 2013

De nuevo

Aquí estoy, de nuevo. De paseo por Madrid.

Imagino que ahora, en esta nueva etapa, estaré contando cosas más a menudo. A ver si es verdad. Pongo una foto que hice ayer desde la azotea de unos grandes almacenes que hay en Callao.